La Naturaleza de los Haters De La Seducción


El acto de odiar, de ser un hater, es como una balanza que se inclina hacia el extremo opuesto de la admiración. En mi caso personal, no albergo una aversión hacia ningún conocimiento en sí, pero admito que mis emociones se ven coloreadas por ciertas inclinaciones.


Por ejemplo, confieso ser un detractor de los tamales, una delicia local que adquiere prominencia en las mesas colombianas y que, de manera inexplicable, no logra resonar en mi paladar con la armonía que debería.


Este acto de rechazar vehementemente algo específico me dota del poder de mantenerme alejado con solo intuir su presencia. Es, en su esencia, una forma de autodefensa emocional.


En lo concerniente a las esferas del conocimiento y las artes que engloba, personalmente me abstengo de desplegar ese manto de desdén. Sin embargo, soy consciente de que en el vasto universo de la sabiduría, hay individuos que cargan con el título de “haters de la seducción“.


Pero, ¿quién abraza este título y qué cosechan al hacerlo?


Es imperativo comprender, en
primer lugar, que en un mundo donde el arte prospera y se expande, inevitablemente florecen los detractores.


Así como encajan las críticas en el arte de la venta, el marketing, la hipnosis, la historia y en las distintas religiones, así también germinarán los haters en la senda de la seducción.


Antes que nada, es crucial aceptar que los haters siempre están allí.


Pero, ¿qué depara el sendero del odio hacia el arte de la seducción?


Hace apenas unos días, uno de estos individuos dejó tras de sí una serie de comentarios en nuestras publicaciones, proclamando que la seducción no debería ser enseñada, que el arte subyacente es “manipulador” y que la única senda válida es ser “auténtico”.


Al leer sus palabras, teñidas con una ortografía desastrosa, me di cuenta de la distancia abismal que lo separaba del mundo de la seducción. Sus imágenes eran un desfile de selfies, careciendo por completo de una sola imagen capturada por otro ojo que no fuese el suyo, orientado hacia su propio rostro desde distancias mínimas.


Cuando le sugerí que redujera sus selfies, estalló en una erupción de ira, manifestando un resentimiento palpable hacia esta disciplina.


Opté entonces por dar por finalizado el intercambio. Sin embargo, esa interacción fugaz me reveló una verdad: al abrazar el papel de hater, uno se destierra perpetuamente del objeto de su desdén.


Un hater de la seducción jamás abrazará su enseñanza, del mismo modo que un hater del inglés nunca conquistará ese idioma, ni uno de las ventas se transformará en un maestro de persuasión.


La ecuación es simple:
el conocimiento solo florece en el terreno fértil de la gratitud.


Un aspecto que me asombra en mi travesía por el mundo de la seducción es el comportamiento dual de aquellos que reciben sabiduría. Algunos la amplifican, la comparten y la convierten en una fuerza multiplicadora, mientras que otros la desperdician, la dejan marchitar.


Permíteme ahondar en este punto…


Cuando Mystery desveló uno de sus openers favoritos, “Hey, ¿vieron la pelea allá afuera?”, lo adopté como propio y lo puse a prueba en varias ocasiones. Al principio, los resultados fueron tibios, pero con la repetición, su efectividad emergió.


Hasta hoy, empleo esta técnica con una adaptación:
solo cuando la situación lo justifica, cuando una pelea es palpable o un evento merece ser señalado, con la intención de iniciar una conversación.


La clave de mi éxito radica en mi receptividad a ese conocimiento, en la gratitud que le profeso y en cómo lo internalizo. Por esta razón, al abrazarlo y apreciarlo, lo magnifico.


Este proceso, sin embargo, queda fuera del alcance del hater de la seducción, debido a la barrera invisible que ha construido en su mente. Esta barrera le impide buscar caminos que conduzcan a las mujeres, en su lugar, optará por la pasividad, anhelando que las circunstancias le favorezcan y las mujeres se acerquen a él por sí mismas.


El hater de la seducción, en su desafío hacia el conocimiento, pronunciará sentencias como “esto no funciona”, “es una frase enlatada”, “es manipulativo”, “es mejor ser auténtico”, y demás.


Ahora, en ningún momento estoy diciendo que no sea bueno ser auténtico. Sin embargo, cuando alguien no posee el carisma para que ese ser auténtico sea interesante, es mejor que aprenda de otros.


Aquel que rechaza el conocimiento, lo maldecirá y hallará justificaciones para ignorarlo, verá cómo su mente se encoge en el momento de la acción, perpetuamente en busca de excusas para invalidar aquello que pudo haber abrazado.


El egocentrismo del hater de la seducción lo arrastra a desestimar las lecciones de los maestros de este arte, precipitándose en su propio abismo.


En medio de mi periplo como instructor en esta temática, he observado que la gratitud es la semilla que nutre la multiplicación. El simple acto de agradecer por las lecciones que colman nuestras vidas.


La elección es, y siempre será, nuestra.


Déjame un comentario. ¿Eres un hater? ¿O estás abierto a este arte?


Deseándote lo mejor se despide tu amigo,


Esteban Lara
Director EJDLS

12 Comentarios

  • Daniel

    Estoy abierto a este arte. Los Haters o detractores críticos siempre van a estar para juzgarlo todo. Coincido con lo planteado en el artículo. gracias

  • Quim Román Moreno

    No te preocupes ni le des más vueltas, no vale la pena. Como bien sabes, hagas lo que hagas siempre habrán seguidores y detractores, y para estos últimos los suele mover la envidia de tu éxito, de tus enseñanzas, de la notoriedad, de lo que puedas conseguir, porque sólo ven el resultado de tu trabajo, ignorando el esfuerzo, la dedicación y los obstáculos con los que has tenido que lidiar para llegar donde has llegado.
    Pero esto pasa con todo, en los projectos de cualquier tipo, e incluso si no tienes ningún proyecto, gente que crees digna de confianza, si el producto es bueno, intentan desanimarte quitándole valor.
    Tienes que dejar de hacer caso de esta “pobre gente” (los haters) que les corroe la envidia, no merecen que les dediques ni un mínimo de atención porqué no te aportarán nada, ni nuevo ni bueno.
    La ignorancia ya es un pozo en el que caerán porque saben que no pueden aportar nada bueno, pero su maldad quiere arrastrarte con ellos. Que te rebajes a su nivel, para ganarte porqué ese es su terreno y ahí tienen experiencia.
    Recibe cordiales saludos de un amigo, Quim,

    • admin

      Así es Quim. Nosotros ya los sabemos identificar. Durante la década anterior crecieron bastante, incluso, hasta crearon canales haters de seducción, con los cuales obtuvieron la atención de los incautos. Son personas que no tienen mucho qué ofrecer, ya que poseen una visión ingrata hacia el conocimiento. Siempre estarán fuera del juego, lejos de nuestro movimiento.

  • Luis

    Una mujer vibrará en la longitud de onda que ti marqués. Si esta es negativa o fea se alejará de ti. Si esta es positiva con fuerza la atraerás. Si eres un hater, transmitiendo negatividad continuamente, alejarás a las mujeres.

  • Edward Hidalgo.

    Hace mucho tiempo era un entregado al arte de la seducción y dejé de meterle duro pero esta tarde analizando algo que parece contrario al tema de la seducción encontré el origen de la técnica del espejo “mirror technic” y me di cuenta que la seducción como todo arte es algo profundo. No se dsanime entonces bro.

    • admin

      Elegante. Así es bro. La seducción es un arte milenario, el cual incluye conocimientos que también se incluyen en otros artes, lo cual lo hace realmente potente. ¡Saludos!

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